Arte que inspira… arte que cuenta historias…
No hay tanto misterio. Sencillamente es mejor esperar en soledad y con frío, a rendirse. Y aún mejor, que nos lo recuerde la belleza del arte
Existen pinturas, figurativas, impresionistas, cargadas de unos colores, atmósferas y formas perfectas, y aún así transmiten mucha tristeza. ¿Hay belleza en el dolor? ¿En el dolor de la pérdida, en el dolor de la soledad, en el dolor de la espera, en el dolor de decepción? ¿Por qué es una obra de arte esta pintura? El aire frío parece hablar, y hacernos cómplices de la inquietud de la escena. ¿Ha valido la espera? ¿Se acerca a la mujer, a nosotros, esa figura que imaginamos espera ella también? La pincelada impresionista, el estudio psicológico del instante, no sólo es ciencia pictórica, una ciencia perfecta en Casas, sino también una belleza que nos hace adorar esta pintura. ¿Belleza del dolor? Sí, porque la belleza no es lo bello, el gusto, sino el placer de poseer algo estéticamente sensible que nos produce un deseo de comprensión, de purificación incluso. La belleza es el amor de lo que conocemos de nosotros mismos y somos capaces de aceptar a través del arte.